Con mi llegada al instituto, aprendo (o lo intento) a flirtear con chicas, hacer chuletas, ser popular, y en general, ser un adolescente de tomo y lomo. Como es de suponer, años después da vértigo pensar en la media melena a lo Leonardo Di Caprio en Titanic, en los carteles hechos con WordArt colgados por todo el instituto para felicitar a los amigos, y el tabaco fumado sin aspirar el humo.

Ese verano si voy de campamentos con Lo Marraco, concretamente a Ainet de Besan. Intentamos sin éxito subir la Pica d'Estats (3.143m), así que volvemos en agosto. Sí hacemos el pico el día 16 de ese mes.

En septiembre, al inicio del segundo curso de BUP, y con la separación de mi grupo de amigos en diversas clases, entro en una mala racha de enfermedades leves pero persistentes del aparato respiratorio, que no acabará hasta cumplir los 16 años, y cambiar de nuevo de compañeros de clase.